Ver la trilogía de Tolkien de corrido.
Comer ceviche peruano.
Tomar un klamato en Ensenada.
Dormir en un vagón de tren mientras viajo.
Pintar viendo un programa de Bob Ross, seguirlo.
Transformar mi habitación en un oásis visual.
Orar en una montaña de los andes, otra vez.
Presentar en un coloquio.
Comer camarones en la playa.
Permanecer en silencio un día entero.
Ver una película de terror que realmente me transtorne.
Continuará...
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2 comentarios:
un buen comienzo de la lista, amigo...tambien yo quisiera orar en los andes...ah, y he pasado un dia en silencio...es una experiencia transformadora...
p.s. fuistes a ver esa pelicula esta semana?
jajaja... no, pero ya estoy terminando las películas del Señor de los Anillos... ahí voy...
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