martes, 14 de octubre de 2008

Porque Tú estás conmigo



A que les evoca la imagen? A mi, sin duda, al salmo 23, ese que aprendí de memoria por escucharlo todas las noches cuando mi abuela lo decía al final de su oración antes de dormir, incados ambos en el frío piso de la casa, sin luz, iluminados por la lámpara de petróleo que hacía brillar en su cajita de cristal una tenue lucesilla, y en medio de ese cuarto grande, casi oscuro pero tan familiar y reconfortable, incados en la cama alcanzaba a escuchar sobre mi hombro derecho El Señor es mi pastor, nada me faltará..., yo pensaba en todas las cosas que todavía no tenía la casa de la abuela, como la luz, ...en lugares de delicados pastos me hará descansar..., yo imaginaba esos verdes pastos como los del patio, tan alto que podía meterme a jugar y esconderme en medio de esa selva o delicados y suavesitos para descansar como la cama de la abuela, junto a aguas de reposo me pastoreará, confortará mi alma, me guiará por sendas de justicia por amor a Su nombre..., yo recordaba la cara de sufrimiento de la abuela cuando mi tío, el más joven no llegaba en la noche o llegaba drogado, gritando que lo venían persiguiendo, venía a mi memoria el caos que ocasionaba aquellas escenas en la casa, pero oía decir incansablemente a la abuela y alguna vez llorando ...junto a aguas de reposo me pasotorearás, confortarás mi alma, me guiarás por sendas de justicia por amor a Su nombre..., yo no dudaba ni de la devoción de la abuela ni del oído antento de Dios, yo quería que Dios, "Diosito", como me decía la abuela, guiara a mi tío por esos caminos bonitos, yo no dudaba que la abuela ya caminaba por ahí, pero quería que Dios llevara por ahí mismito a mi tío para que la abuela no llorara, por caminos de justicia, ya que mi tío tenía bien metidas las patas en todo menos en justicia. La parte que me asustaba era ...aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno porque tú estás conmigo, tu vara y tu cayado me infundirán aliento..., porque después de cosas tan bonita la abuela oraba y decía cosas como sombra de muerte, que miedo!, la abuela caminaba por sendas de justicia, mi tío si que andaba metido por esos valles y solo, después entendí más y me alegré de encontrar ese no temeré mal alguno porque tú estarás conmigo.... La mejor parte era cuando hablaba de comida... aderezas mesa delante de mi en presencia de mis angustiadores... imaginaba las comidas de Navidad o los compleaños y a mis angustiadores.... mmm... pensaba en el niño del kinder que le caía mal porque una niña quería jugar conmigo y no con él, una vez me pegó por eso.... unges mi cabeza con aceite, mi copa está rebosando..., esta era la parte que no entendía, cómo que Diosito sirve las copas, no que tomar era malo, y no las sirve normal, las sirve y llena hasta arriba.... ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida y en la casa de Jehová moraré por largos días..., me gustaba pensar que el bien y la señora misericordia iban a ir conmigo, no me gustaba mucho la idea de tener un angelito y un diablito al hombro, y eso de todos los días de mi vida... eran muchos, tantos como los que tenía la abuela, y la casa de Jehová, esa casota grandota y bonita donde todos ibamos a jugar siempre con él, cada noche me la imaginaba diferente, y terminaba, moraré por largos días... más días y largos días, pensaba que nunca me iba aburrir en esa casa.
Después escuchaba un amén, sonreia porque habiamos acabado y me podía meter a la cama, la abuela se secaba sus lágrimas, apagaba la lámpara de petróleo y se metía a la cama, ya no decía nada más que un "buenas noches mijo". Al día siguiente la pelota y los juguetes esperaban en el mismo lugar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Abdiel... me recordaste la vida de Timoteo...

Creo que igual que tu relato el conto a muchos la manera en que fue percibiendo la presencia de Dios por una mujer fiel...

ME enternecio mucho tu escrito!
Gracias por compartir quien eres, una vez mas se ve tu caracter espontaneo.

Bendiciones!