miércoles, 27 de agosto de 2008

Recopilación...

Les advierto, estas no son del todo mis palabras, necesitan leerme antes de tomar apresuradas decisiones, como les venía diciendo, no son del todo mis palabras, pueden ser también ser suyas, no se imaginan desde dónde las tome, incluso a ustedes se las recogí, pesqué unas en una deliciosa tarde a la orilla de la playa, sentado bajo un frondoso árbol y escuchando cantar dos pájaros de colores junto alguien muy especial, es más, son y pueden ser la oracion de tantos y tantos menos, no sé, sólo ustedes me podrán decir si mi apreciación fue correcta o esta vez no acerté, como otras tantas que recuerdo... somos personas, que ya es algo, pero me gustaría agregar un adjetivo para calificarnos de la mejor manera posible y que englobe todas nuestras virtudes, dones, talentos, errores y fracasos: somos personas fragiles; sin embargo, no quiero dejarlo ahí, quiero ir un poco más, presentar un contraste, una causa que amerita y exige un efecto, un porqué... bueno... aunque los porque no siempre significan mucho, primero porque casi no los ahí y segundo porque, no sé ustedes, pero pocas veces dan respuesta... de tal manera que prefiero buscar y alegrarme mil veces más al encontrar, cuando se deja o se revela, un para qué, continuemos donde nos quedamos, un sujeto y un calificativo...: somos personas fragiles, débiles si ustedes quieren, gustan o sienten, incluso cansados, nos cansamos tan rápido, somos tan necesitados de descanso... regresando al tema...: somos personas fragiles, ya lo había dicho y lo volví a decir: somos personas fragiles donde se revela la omnipotencia, la soberanía de Dios y su brazo de poder. Qué contradicción tan aparente. Vaya sus métodos. Somos personas fragiles que revela el carácter Todopoderoso de nuestro Dios y Padre.
Eso no es todo, aún ahí más, pero repito, tal vez no son del todo mis palabras, somos de naturaleza caída, propensos a caer pero instrumentos para levantar a otros y acompañarnos, somos de labios mentirosos pero que anunciamos la Verdad. Somos y podemos llegar a ser tantas cosas, no siempre gratas ni honestas... que decir de nuestra tentación a tomar el poder, envíar y mandar, oh deliciosa miel que cuelga de cada frondoso árbol junto al fruto de la obediencia y humulda! Hay de nosotros que no podemos otorgarle el verdadero valor a nuestra palabra pero somos mensajeros de la Palabra-Acción que da Vida, Sanidad, Justicia y Perdón.
Ya para concluir, aunque que tal vez, quiza, continue hablando con los dedos y destilando palabras por ellos, no sé, quiza guarde silencio y espere a encontrarme con mis amigos para decir tantas cosas sin palabras y hablar con mis silencios. Silencios, deliciosos y desesperantes silencios llenos, pues ya no son silencios vacíos sino llenos de El, de vida, de esperanzas, de anhelos, de paz. Ya nos veremos otra vez tú, lector avivado que te has sumergido en esta alberca de letras que he propuesto para que nades y formes s las palabras que yo lancé y repito, tal vez no son del todo mías, algunas pueden reconocerlas como muy tuyas, algunas otras, las muchas, las hemos compartido en la mesa con el café o el té, en las oraciones, en las plegarias, en las consignas, en los silencios llenos que son muy nuestro y del Eterno. Como te digo, ya nos volveremos a ver, o nos encontraremos por primera vez, no sintiendonos perfectos ni mucho menos, sino como compañeros de los mismos padecimientos, de las mismas preguntas, con los mismo conflictos, con la misma convición de seguir adelante, de no claudicar, de detenernos y cargarnos en nuestros hombros, nos veremos podremos vernos a los ojos, yo te veré a tí en los tuyos, grandes y claros, tú te reflejarás en los míos, y ninguno de los dos podrá reconocerce en el otro, porque en el pequeño cristal redondo de tu par de pupilas y las mías, las mías café oscuro, las tuyas tal vez también, o amielados, o verdes, o azules, pero al fin y al cabo cristales... podremos ver pero no nos reconoceremos, veremos pues el reflejo de Jesús, que habita en mí y habitá dentro de ti, que se va formando en tí y en mí, veremos y no nos reconoceremos, porque ya no seremos nosotros sino que será El... y si es El... hay otra cosa que tenga sentido? No te preocupes en responder, nos conocemos y sé lo que me dirás. Ya nos volveremos a ver, y tú verás mis ojos y yo los tuyos y ambos no nos reconoceremos, porque no somos ya nosotros sino que es El...

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