miércoles, 16 de julio de 2008

de nuevo en un café....

...en un café, en otra ciudad. No sé que tengan de especial los cafés para esta generación, pero por la misma razón que son importantes para todos, son importantes para mi. Un lugar de encuentro, muchas veces con amigos, en ocasiones sola con el Eterno acompañante de mi vida. Ahora, en otra ciudad, con gente que me recibe, con una mochila a cuestas y libros adentro, me siento en casa, en casa porque Su morada es dentro de mi, y le encuentro cuando voy en el camino y cuando me detengo, cuando descanso y cuando no paro, cuando gasto lo que soy en aquello que vale más la pena, cuando nuestras manos trabajan para lo que nunca termina, y para el que nunca descansa. Sí, trabajo para el que nunca descansa y que irónica y sorprendentemente es el único que me da el descanso anhelado y trae verdadera paz a mi alma.
Hoy, en otra ciudad, con otros rostros distintos, con otro paisaje y otro clima, le alabo a Él, porque mi vida es como nunca imaginé, como siempre esperé. Porque en nuestros corazones está el deseo de vivir en el propósito eterno para el cual fuimos creados, y hoy, cuando caminamos en él, a pesar de nuestros errores y tropiezos, caminamos en la esperanza y la plenitud en la que fuimos llamados. Hoy, aunque nos cansemos, como dice Javier, sabemos del verdadero reposo, y no importa que nos cansemos, no importa Padre. Hoy te ofrendo mi cansancio, mis fuerzas, mis ganas, mi soledad, mis amigos, mi llanto, mi risa y mi Vida entera, para estar contigo siempre, para cansarme por tí, contigo y descansar en tus brazos....

2 comentarios:

Javier dijo...

Un café al otro lado de tu morada te hace bien, amigos, libros, mochilas. Tan bien, que tu expresión hoy ha hecho que huela el café de tu café, mientras me reclino en mi sillón, en señal de descanso. Sonrío.

Alejandra Ortiz dijo...

Si Javier, lo comparto así, con ustedes, porque realmente hay hermanos que se llevan en el alma, que se comparte mucho más que un tiempo de café, se comparten los anhelos, los sueños, las luchas y el cansancio, ese olor huele bien. El Señor une a los suyos en el cansancio, doy gracias por eso.