sábado, 27 de junio de 2009

¿cómo quererlo?

¿Cómo querer al pecado? ¿Por qué no renunciar a él, cuando es este (con su disfraz de egoísmo, orgullo, odio, soberbia, venganza e indiferencia) el que mata, roba y destruye?
¿Por qué creer que Dios es temerario, irracional y malo al no dejarnos pecar por cuanto desaprueba conductas libertinas que no asumen responsabilidad ni rinden cuentas? Lo que Él hace es preservar la vida, nos llama a vivirla y libera de las cadenas que nos atan a nosotros mismos, que nos llevan a muerte segura, a más odio, mayor soberbia, sin alcanzar el perdón y la bondad de uno que es Padre, Madre y Creador al mismo tiempo.

...Y pensar que al huir de Él, huímos de aquél que da la vida y la conoce mejor, por cuanto es autor de ella. Porque la soberbia del que no reconoce su error y la injusticia del que paga por no esperar está hecho la misma sustancia del que nunca ayudó al prójimo mientras lloraba y que prefirió matar para no ensuciar su nombre.

No me preocupa que el término "pecado" nos moleste, podemos decirle como queramos, pero nunca podrá ser algo bueno, de beneficio o sin consecuencias nefastas. El pecado, el egoísmo, el errar al blanco de lo que es el propósito original para el cual hemos sido hechos siempre será molesto enfrentarlo.

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