sábado, 14 de marzo de 2009

Detrás de las máscaras

AlejandraOrtizChacón (Tijuana, 2005)

Detrás las mascaras, ¿qué hay? ¿Quienes están? ¿Cuántos lloran? Pensar en mi generación, en la juventud, pensar en el mundo en el que vivo trae a mi mente la falsedad, la tristeza, la opresión, la corrupción, la injusticia, la violencia, el destrozo, la indiferencia, la necesidad, pero ante todo el dolor. El dolor de aquellos a quien nadie escucha su llanto ,a quien nadie hace justicia, de los niños que sufren abuso, de las mujeres que viven violencia, de la multitudes que padecen hambre, de los miles que están en desesperanza, de tantos que caminan sin saber a donde se dirigen. Y nosotros que evitamos esos lugares, que evitamos estar con esas personas no nos damos cuenta que son parte de nosotros, que son nuestra responsabilidad, que si ellos lloran es porque seguimos cómodos, ¿por qué no nos hemos levantado? No podemos con todo, pero podemos con algo. ¿Por qué no les hemos dado el valor que tienen? ¿Por qué no hemos llorado con ellos? ¿Por qué no hemos caminado junto a ellos? ¿Por qué no nos hemos dejado afectar por su dolor? Es difícil para nosotros, ¿cuánto mas no lo será para ellos?


Tantas veces esto solo se queda en palabras, pocas veces lo encarnanamos en nuestro mundo… Y ahora, Por que escribo? Tal vez porque a veces es la única manera de expresar mi arrepentimiento ante la cantidad de veces que no he hecho lo que tuve… Pero he visto la necesidad, he visto la tristeza de personas que dejan a su familia para darles una mejor vida, he visto el rostro de la impotencia ante la injusticia de las autoridades, he visto el dolor de la pérdida y he visto el caminar sin razón. Pero muchas veces he callado, he permanecido muda. Y ese silencio ha costado mas lagrimas de dolor. Ya no estoy dispuesta a dejarlo pasar. Tal vez esto solo sea mi testimonio, pero también es nuestro llamado. Somos llamados a servir en el mundo, en este mundo, somos llamados a entenderlo y amarlo. Somos llamados a pregonar y vivir la esperanza que tenemos, aunque este mundo vaya a la deriva, seguimos siendo la luz que alumbra en las tinieblas de la confusión, la opresión y el dolor y seguimos siendo la sal que trae buenas noticias de paz, amor, justicia y reconciliación.